Las alergias se han convertido en incómodos compañeros de viaje para muchos conductores; y es que sus síntomas como estornudos, tos y picores de garganta, así como la medicación, incrementan ampliamente el riesgo de accidente.
Síntomas peligrosos para la conducción
Los pólenes son las sustancias alérgicas más frecuentes.
Los síntomas más comunes son picor en la piel y en los ojos, estornudos, lagrimeo, secreciones nasales, tos y picor de garganta o silbidos en el pecho.
Otro de los síntomas más frecuentes es la conjuntivitis alérgica con picor de ojos que conduce a un frotamiento persistente con mayor enrojecimiento y una sensación de cuerpo extraño y lagrimeo.
Medicaciones sedantes
Los antihistamínicos son los medicamentos más frecuentes con los que se combaten las alergias.
Muchos de ellos producen un intenso efecto sedante que deteriora el rendimiento de la coordinación de los sistemas sensoriales y motores del sistema nervioso.
Hay especialistas que consideran que el riesgo de sufrir un accidente de tráfico por parte de un conductor alérgico sometido a medicación con los antihistamínicos con efectos más sedantes es similar al de una persona con nivel de alcoholemia en sangre de 0,5 a 0,6 gr/litro.
Por ello es muy importante, solicitar información precisa al médico, ya que el consumo inadecuado de estos medicamentos o la automedicación incrementa los riesgos de tener un percance al volante.
Los expertos recomiendan como alternativas los antihistamínicos de nueva generación, que no son sedativos, la vacunación contra la alergia o, en caso de necesidad, descansar más antes de ponerse al volante o no conducir hasta pasadas unas horas de la administración del fármaco.
Consejos para conductores alérgicos
Viaja con las ventanillas del coche cerradas.
Lleva un filtro especial para pólenes en el aire acondicionado.
Cuando te receten antihistamínicos advierte al médico que eres conductor.
Limpia el coche con frecuencia para eliminar las sustancias que puedan producir alergias.
Evita realizar viajes durante el atardecer o el amanecer, ya que hay más concentración de polen.
Es mejor comenzar los tratamientos dos o tres días antes de iniciar un viaje, pues los efectos sedativos disminuyen al adaptarse el organismo.
Mas info en la web divulgativa de la DGT e-ntérate
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